Crecí en Moldavia, donde disfruté de una educación privilegiada y cómoda. Dediqué años a mi educación, licenciándome en Artes Visuales y luego en Música, Danza y Coreografía. Durante mi trayectoria académica, descubrí mi pasión por el teatro, dirigiendo numerosas producciones que me produjeron una profunda satisfacción.
Todo cambió cuando empecé a relacionarme con la gente equivocada y dejé que las influencias negativas condicionaran mis decisiones. Lo que empezó como un experimento con la marihuana y el alcohol en clubes nocturnos -porque me parecía excitante y estaba de moda- se descontroló rápidamente. Me movía la curiosidad y la creencia errónea de que las sustancias podrían mejorar de algún modo mis capacidades.
La década siguiente se convirtió en una pesadilla. Mi matrimonio se resintió enormemente, mi trabajo creativo cesó y me convertí en una fuente de dolor para mi familia. Viniendo de una familia en la que el consumo de sustancias era desconocido, me sentí completamente aislada: no podían entenderme y yo no podía conectar con ellos.
En un momento crucial, me di cuenta de algo: Necesitaba ayuda desesperadamente. Había recorrido un camino prometedor antes de tomar este desvío destructivo. Una voz en mi interior exigió: "¡Transforma tu vida!"
Me di cuenta de que estaba destruyendo poco a poco todo lo que tenía sentido para mí. Me puse en contacto con mi hermano y le confesé que necesitaba una intervención. A los tres días, me inscribí en el Programa Narconon.
El programa reveló todo lo que había ido mal en mi vida.
Desde el momento en que llegué a Narconon, descubrí un santuario en el que mis cargas podían ser finalmente aliviadas. El ambiente era acogedor y el equipo era genuinamente cariñoso. Tomé la decisión de aceptar su guía de todo corazón.
Durante la fase inicial, el personal me proporcionó un ejercicio de localización que resultó ser un punto de inflexión. En ese momento, supe que este enfoque era eficaz. Sentí como si una intervención divina me guiara hacia la recuperación.
La experiencia de la sauna de desintoxicación fue transformadora más allá de las palabras. Sentí que todo mi ser -cuerpo y espíritu- volvía a la vida. Fue como renacer. Un cuerpo limpio crea una mente limpia, ¡fue milagroso!
Gracias a los ejercicios de comunicación, descubrí mi verdadera identidad y me di cuenta de que poseía el poder de superar cualquier limitación. Comprendí que soy algo más que una forma física: soy un ser espiritual. Y lo que es más importante, aprendí que yo creo mi propia realidad. Lo que ocurre en mi vida es fruto de mis propias elecciones y acciones. Esta revelación me abrió una existencia completamente nueva.
Estas prácticas de comunicación me ayudaron a comprender mis errores pasados, reconocer lo que salió mal y aprender a construir un futuro con sentido. Por fin comprendí cuál era mi lugar en este mundo y lo que representa el amor auténtico.
Narconon transformó completamente mi existencia. Hoy, me llevo a mí mismo con dignidad y respeto. Esta transformación requirió un esfuerzo tremendo: pasé 65 días en el programa de sauna, dediqué un mes al entrenamiento de comunicación e invertí dos meses en ejercicios objetivos. Los resultados han sido extraordinarios. Me siento completamente renovada.
Estos profundos conocimientos han revolucionado para mejor todos los aspectos de mi vida. Mis niveles de energía se han disparado, me siento más capaz que nunca y he recuperado el entusiasmo por la vida.
Ahora entiendo que todos esos años antes de Narconon -el tiempo que pasé lejos de mi familia y desconectada de mi propósito- fueron completamente desperdiciados.
He elegido unirme al equipo Narconon porque quiero que otros experimenten la misma transformación que yo he recibido de este programa.
"Las habilidades que he adquirido aquí beneficiarían a cualquiera que busque una mayor realización y una felicidad genuina".
Lo que he conseguido con este programa va mucho más allá de abordar problemas de abuso de sustancias. Son habilidades para la vida que podrían ayudar a cualquiera a alcanzar un mayor éxito y una felicidad duradera. Hoy, las sustancias no tienen poder sobre mí. Esos problemas han desaparecido por completo y puedo construir mi futuro con confianza. La solución es así de sencilla.
Narconon me devolvió la vida.
Estoy agradecido a todos los miembros del personal que trabajan en los centros Narconon de todo el mundo.
Ahora vuelvo a vivir con un propósito. Me dedico a ayudar a otros a descubrir su propio camino hacia la renovación.
-Denis B., Graduado de Narconon